Blockchain y Metaverso: ¿Oportunidad o Burbuja?

El presente contenido es sólo una exposición de la opinión del autor, y en ningún caso pretende ser un consejo de inversión.
Noviembre 4, 2022, Jesús Ucendo


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Noviembre 4, 2022, Jesús Ucendo

El Metaverso fue una de las grandes sensaciones tecnológicas del año 2021, llegando a su punto culminante en octubre, cuando Mark Zuckerberg anunció de forma casi sorpresiva que la red social Facebook pasaba a denominarse Meta. Esto coincidió, a su vez, con un momento álgido en el mercado de las criptomonedas, el cual culminó con el All Time High de Bitcoin, el día 8 de noviembre, alcanzando un precio de 67.566,83 US$.

Un año después, las expectativas en torno al metaverso parecen haberse enfriado considerablemente ante los escasos progresos aparentes por parte de las compañías que más estaban promocionando el concepto. Además, se sumaron los límites actuales de la tecnología, que ofrecen una experiencia limitada, no muy diferente a la ya existente desde hace años a nivel gráfico o social, y en un momento en el que el mercado de las criptomonedas ha pasado de la euforia de 2021 a un periodo prolongado de lateralización y caída a lo largo de 2022 (en el momento en el que se escribe el artículo, Bitcoin fluctúa en el entorno a los 20.000 US$, una caída del 70% en sólo un año).

Por tanto, la pregunta que se plantea sobre el metaverso parece obvia, ¿se trata verdaderamente de una gran oportunidad o por el contrario es solo una burbuja?

La respuesta no es algo que se pueda determinar de forma inmediata. Si bien se han dado numerosos casos de tecnologías novedosas que han terminado siendo sonoros fracasos comerciales, existen razones fundadas para pensar que en el caso del metaverso el resultado será bien distinto.

No obstante, para poder entender bien el alcance y el contexto de esta nueva tecnología, es necesario introducir algunos conceptos primero para poder enfocar adecuadamente el escenario:

Blockchain

El primer y seguramente más importante de los conceptos es el blockchain. La verdadera tecnología novedosa y disruptiva es precisamente la de la cadena de bloques. El metaverso sería una forma de comercializar a gran escala las posibilidades que ofrece esta tecnología.  El concepto fue aplicado por primera vez en el año 2009 como parte del ecosistema de Bitcoin.

El funcionamiento (en una definición que pretende ser breve y no técnica) es similar al de un gran libro de contabilidad. Una operación o transacción se añade a una lista de operaciones (lo que entenderíamos como bloque). Dicha lista de operaciones se relaciona con la anterior lista (bloque) de la cadena a través de metainformaciones, que son datos relativos a dicho bloque anterior. De esta forma, se consigue un sistema por el cual, para modificar una operación en el bloque más reciente (o en cualquier otro punto de la cadena), es necesario modificar la metainformación existente en todos los bloques anteriores de la cadena.

Además de lo anterior, y en paralelo, se realiza una “copia de seguridad” de las operaciones registradas criptografiadas en todos y cada uno de los dispositivos que estén vinculados a dicha cadena. De este modo, se consigue un sistema de información que a nivel teórico es inalterable desde el punto de vista de la tecnología actual, ya que para poder añadir nuevas operaciones que pudieran alterar el “registro de la verdad”, sería necesario modificar simultáneamente no sólo todos los bloques existentes en la propia cadena de bloques, sino también modificar los registros existentes en al menos el 51% de los dispositivos que tengan registros de las operaciones.

Así pues, las características principales de la tecnología serían las siguientes:

  • Consenso: Para que una transacción sea válida, todos los participantes (o al menos el 51% de ellos) deben estar de acuerdo en su validez.

  • Procedencia: Los participantes pueden conocer la procedencia del eslabón y la dirección de la que proviene, pero no hay manera de conocer la identidad del dueño de dicha dirección.

  • Inmutabilidad: Ningún participante puede modificar la lista de registros una vez que se haya guardado en la cadena. En el caso de transacciones erróneas, estas deben ser corregidas a través de nuevas transacciones, tras lo cual ambas quedarán reflejadas en la cadena.

  • Finalidad: Un eslabón (bloque) dirige a una sola cadena para determinar la propiedad de un activo o el final de una transacción.

Todas estas características de la tecnología blockchain dan lugar a un sistema completamente descentralizado en el que son los participantes en su conjunto los que mantienen y vigilan la validez de las transacciones registradas, en lugar de tener que acudir a una autoridad central que sea quien tiene el monopolio de emisión y validación de dicha información, lo cual nos lleva a los dos siguientes conceptos:

Web 3.0

Es un nuevo paradigma de internet que aparece de la mano de la blockchain y que da lugar a la economía de tokens. En el paradigma de internet actual (que se definiría como web 2.0), la mayoría de plataformas y aplicaciones son propiedad de un grupo reducido de empresas, las cuales son las dueñas efectivas de la infraestructura y plataformas, así como el contenido y datos existentes en las mismas, y tienen todas las capacidades de conexión, autenticación, interacción y realización de pagos y transferencias.

Este paradigma es modificado (sus defensores hablan de superado) de la mano de la descentralización y la economía de tokens. Bajo este paradigma, los usuarios son los dueños efectivos tanto de los contenidos como de los medios de pago, y pueden relacionarse con otros usuarios o realizar pagos a través de las blockchains descentralizadas en lugar de usar las plataformas “tradicionales” que formarían parte de la web 2.0, pasando de un paradigma centralizado de usuario, a otro descentralizado donde además de usuario se puede ser dueño.

Inflación

El tercer y último concepto introductorio es un viejo conocido que vuelve a estar muy presente. La inflación es un fenómeno eminentemente monetario que se produce en el contexto de una economía que emplea dinero fiduciario cuando se producen incrementos importantes de la masa monetaria circulante en una economía.

Dado que el monopolio de emisión del dinero de curso legal en la mayoría de los estados modernos está en manos del banco central de dicho estado, los usuarios del dinero emitido por ese estado tienen pocas alternativas a la hora de controlar dicho fenómeno ya que depende enteramente de las decisiones de la institución al cargo, por lo que se ven obligados a tener que convertir dicho dinero en otros bienes o monedas para intentar evitar la pérdida de valor y por tanto de poder adquisitivo que dicha inflación provoca.

Como además no existe límite en la cantidad de dinero fiduciario que puede ser emitido, y en las economías modernas no hace falta imprimir físicamente ese dinero para que pase a formar parte de la economía, la posible pérdida de valor del dinero en mano de los usuarios puede ser casi total si así lo decide el banco central (algo por otro lado altamente improbable, pero posible).

Los conceptos anteriormente descritos de manera conjunta, junto a un contexto global sostenido de políticas monetarias expansivas, con el mantenimiento de tipos de interés cercanos a cero desde la crisis de 2008, así como las operaciones de mercado abierto constantes, que han supuesto inyecciones masivas de liquidez por pate de la mayoría de estados (con especial mención a la reserva federal y al banco central europeo), han creado un escenario donde las oportunidades de rentabilidad han sido especialmente escasas, llegando a ver en ocasiones tipos de interés negativos para bonos soberanos, y con una inflación que, si bien se pudo contener durante buena parte del periodo anterior, está actualmente mostrando los efectos del mantenimiento de dichas políticas expansivas durante un periodo tan prolongado, con tasas de inflación en algunos caso superiores al 10% anual en países de la Unión Europea o Estados Unidos, cifras que no se conocían en dichas economías desde hacía más de 30 años, y que están dando lugar a una acelerada reducción del poder adquisitivo de dichas divisas.

Motivos de un contexto favorable: rentabilidad, adopción y accesibilidad

Este mismo contexto, por otro lado, ha sido muy favorable para la promoción, popularización y adopción de las criptomonedas y todo lo relacionado con las mismas (como los NFT´s o el metaverso), ya que han podido actuar en muchas ocasiones como refugio contra la inflación y como inversión de la que obtener una importante rentabilidad.

En este sentido, si se toma como referencia el marco temporal de los últimos 10 años, la rentabilidad promedio para el periodo del S&P500 (principal índice de referencia bursátil a nivel mundial) ha sido del 12,64%, habiendo alcanzado varios records de capitalización y valoración durante el periodo.

Si se toma como referencia ese mismo marco temporal, y se observa la evolución de Bitcoin (principal criptomoneda de referencia en el mercado cripto) la rentabilidad ha sido del 265.000 % (desde los 7,5 US$ de septiembre de 2012, al entorno de los 20.000 US$ en los que se está situando en estos momentos, cuando Bitcoin registra una pérdida de más del 70% con respecto a los picos de cotización alcanzados en noviembre de 2021).

Por supuesto, no todos los casos de evolución en el mercado cripto han sido tan exitosos como Bitcoin, dada la novedad del mercado (con la consiguiente falta de información de algunos inversores que han depositado su capital en el mismo) y la existencia de estafas (rug-pulls) o discusiones internas entre las comunidades de las distintas criptomonedas (como el controvertido hard-fork de Ethereum y Ethereum classic) y que hicieron que los inversores que confiaron en dichos proyectos perdieran su dinero o vieran gravemente afectado el valor de sus activos

No obstante, en la práctica totalidad de los casos, la rentabilidad de las criptomonedas que han ido apareciendo y se han establecido durante los últimos años han presentado rentabilidades exponencialmente superiores a las que han podido ofrecer otros activos tradicionales como las acciones o los bonos estatales.

Otro importante factor a tener en cuenta es el grado de adopción de las criptomonedas en el marco de la economía general. La Ley de rendimientos decrecientes de la economía establece que el rendimiento potencial de explotación de una actividad económica de cualquier tipo suele tender a cero en el largo plazo. Esto quiere decir que aquellos que primero “llegan” a un nuevo mercado son los que a priori pueden obtener un potencial de rendimiento mayor respecto a los que llegan más tarde al mismo.

En este sentido, si atendemos a los datos facilitados por SIFMA en su informe para 2022, la capitalización total de mercado en el caso de los bonos de renta fija a nivel mundial se situaría en los 126,9 Billones de US$, mientras que la capitalización total de mercado en el caso de los activos relacionados con empresas (tales como acciones) se situaría en 26,8 Billones de US$, para una cifra combinada total de 153,7 Billones de US$(*1).

Si tomamos los datos de capitalización total de mercado para el conjunto del mercado de las criptomonedas acorde a los datos del portal coingecko, la capitalización actual se situaría en 1,04 Billones de US$ (*2). Esto significa que en términos relativos, la capitalización total acumulada del mercado cripto representa en noviembre de 2022 tan sólo un 0,67% del total de capitalización acumulada de los activos financieros empresariales y de renta fija (activos que podrían ser considerados como sustitutivos, o rivales).

Por lo tanto, el resumen que se puede hacer ante el escenario anteriormente descrito es que el mercado de las criptomonedas ha mostrado una tasa de rentabilidad muy superior a la del resto de activos disponibles en la economía a lo largo de los últimos 10 años, y que además se encuentra en un momento de muy temprana adopción.

Además de lo anterior, otro factor que ha contribuido de manera decisiva a la popularización de las criptomonedas y que le da ventaja respecto a la mayoría de activos de inversión tradicional es su fácil accesibilidad. Mientras que otros activos requieren realizar largos trámites presenciales y la firma de múltiples documentos para delegar en terceros la gestión de los fondos, asumiendo el pago de importantes comisiones, las criptomonedas se pueden operar de manera directa desde el teléfono móvil, en cualquier momento y lugar en el que exista una conexión a internet. Esta mayor flexibilidad y control ha hecho que muchos inversores jóvenes, más familiarizados con el uso de nuevas tecnologías, hayan optado por las criptomonedas como el primer activo en el que realizar una inversión.

Pero a todo esto, aún no hemos entrado a definir lo que es el metaverso, por lo tanto, la siguiente cuestión es obvia:

¿Qué es el metaverso?

El metaverso es la conjunción de todos los universos virtuales que se están desarrollando actualmente por parte de empresas y organizaciones, muchos de los cuales se están “edificando” en base a la tecnología blockchain por parte de varios proyectos cripto a los que los usuarios se suelen referir generalmente por sus criptomonedas de referencia (algunos de los más populares son Sandbox o Decentraland).

En dichos universos se adopta el papel de un avatar virtual en un entorno similar al de un videojuego de realidad virtual. Dependiendo del grado de desarrollo del universo en cuestión, es posible realizar más o menos acciones y actividades. En el momento de desarrollo actual, las funcionalidades disponibles son bastante limitadas, con gráficos y avatares similares a los que ya estaban disponibles en videoconsolas desde hace 15 años, y con un conjunto aún muy limitado de físicas y dinámicas.

No obstante, a medida que el desarrollo gráfico y de físicas vaya siendo más profundo, se podrá llegar a alcanzar un elevado grado de simulación, que acerque la experiencia del usuario a algo potencialmente similar a lo que se puede experimentar en la realidad (en la actualidad motores gráficos como unreal engine 5 están generando personajes y entornos que son difíciles de distinguir a simple vista de un paisaje o una persona real).

Por lo tanto, el metaverso tiene el potencial de poder convertirse en una “segunda realidad”, donde sea posible no sólo pasar un rato de ocio como en cualquier videojuego social, sino poder llevar actividades más complejas como desarrollar una actividad profesional o empresarial, que puede ser remunerada en tokens convertibles en dinero fiduciario (o emplear dichos tokens directamente como medio de pago si la adopción de las criptomonedas consigue traspasar la frontera virtual, como ya está ocurriendo con algunos portales de comercio electrónico o incluso con algunos negocios tradicionales, donde ya se admite el pago en bitcoin).

Y es esta posibilidad la que puede abrir un horizonte muy amplio de posibilidades comerciales y mercantiles para el metaverso. En el esquema actual de la economía existen ciertas restricciones que impiden poder alcanzar el grado de libertad que el metaverso promete. En el mundo real, existen restricciones sobre el derecho legal a trabajar en determinadas áreas geográficas, existen distintos requisitos de licencias y regulaciones para poder ejercer determinadas profesiones y actividades (algunas absolutamente imprescindibles, pero otras perfectamente prescindibles), existen restricciones geográficas a la distribución de bienes y servicios por cuestiones legales y por razones de viabilidad económica. En resumen, existen toda una serie de restricciones que limitan las posibilidades reales que tienen las personas a la hora de poder desarrollar su actividad profesional o empresarial.

La mayoría de estas restricciones no existen en el metaverso. Un avatar puede interactuar perfectamente con cualquier otro avatar que esté en ese momento en el mismo universo, y acordar así intercambios de bienes o servicios, tanto en el ámbito virtual como en el ámbito real.

Además, la realidad de que todas esas actividades se estén realizando en un entorno blockchain permite mantener un registro muy aproximado de qué es lo que se acordó en cada momento, a través de elementos como los contratos inteligentes (Smart Contracts), que son contratos vivos donde los usuarios pueden ejecutar las cláusulas del mismo de manera directa.

En este sentido, existen casos de aplicación real por parte de empresas principales como es el ejemplo de Ferrovial, que está colaborando con Microsoft para desarrollar el “infraverso”(*3), un metaverso aplicado al mundo de las infraestructuras, que les permite diseñar y testar en una réplica virtual las infraestructuras y proyectos que se van a llevar a cabo en la realidad.

Esto permite por una parte evaluar el posible resultado final de las infraestructuras antes de llevarlas a cabo, así como poner en contacto estrecho a equipos de diversas partes del mundo en un entorno mucho más inmersivo y abierto del que permiten las videoconferencias, lo que aumenta la eficacia de la interacción entre dicho equipos y reduce gastos al evitar viajes para poder aprovechar las ventajas de interacción que ofrece la presencialidad.

Por otro lado, otra ventaja potencial, aunque de menor alcance que la anterior, proviene precisamente de que todo lo existente en un entorno virtual, es susceptible de convertirse en un activo sujeto a revalorización (y depreciación). En este caso, los NFT´s pueden ser un claro ejemplo. Supongamos por ejemplo que un determinado streamer de internet, con un potente impacto en redes sociales, decide realizar un evento en un metaverso. Para tal ocasión, una determinada marca de ropa decide crear un NFT con un determinado conjunto que el avatar pueda lucir durante dicho evento. Si durante ese evento ocurre algo importante, algún momento especial que pueda ser recordado por los seguidores, o que se convierta en viral, el NFT con el conjunto que esté luciendo el streamer puede convertirse inmediatamente en un objeto de coleccionista (algo similar a lo que puede ocurrir con las equipaciones deportivas de algunos deportistas cuando consiguen un hito deportivo memorable).

Dado que los NFT´s son tokens únicos, ese conjunto puede ponerse a la venta y transferirse inmediatamente a cualquier otro usuario que pueda estar interesado en adquirirlo y que podrá utilizar en su avatar sin que dicho activo se deteriore, de tal forma que es posible poder volver a venderlo a otro usuario en la misma condición en la que estaba en su estado original.

No obstante, y junto a las oportunidades, también se plantean importantes retos que se deben considerar y solucionar para evitar posibles consecuencias negativas o incluso conductas delictivas sobre los usuarios. De la misma forma que en el mundo real existen toda una serie de limitaciones, también existen toda una serie de garantías y derechos que no existen o no están completamente definidos en el caso de un mundo virtual, quedando la aplicación de la ley en la mayoría de los casos a las normas de uso establecidas por los dueños de cada universo en cuestión. Esto puede ser especialmente relevante si se populariza la actividad profesional en estos entornos. Cuestiones como legislaciones laborales y convenios, lugar de tributación, derecho de acceso a prestaciones asistenciales como seguridad social o subsidio de desempleo, o posibles penas civiles o penales ante la destrucción o daño de los activos digitales empleados para realizar la actividad no tienen una transposición directa ni están contempladas en la mayoría de los marcos legislativos estatales actuales.

Por otra parte, cabe destacar que el metaverso no es la primera experiencia virtual de estas características que se ha puesto en marcha alguna vez. Si hubiera que tomar algún ejemplo de referencia para comprender cual puede ser el potencial de mercado del metaverso, probablemente el caso más relevante sería el de second life.

Second Life es un simulador social que se desarrolla completamente online. Acorde a las estadísticas que facilitan en su propia página web y a las cifras facilitadas por varios analistas en blogs especializados (*4), desde su fundación en 2003 se han realizado más de 70 millones de registros, con un crecimiento promedio mensual de 350.000 cuentas nuevas cada mes, un volumen de usuarios promedio de 200.000 usuarios, con un volumen promedio de usuarios simultáneos en la plataforma que se sitúa entre los 30.000 y los 50.000, y con un “PIB” estimado en el entorno de los 600 millones de US$ (cabe recordar que en second life existe un cierto sistema económico propio a través de su moneda virtual, el Linden dollar, pero que no tiene las características con las que cuentan los tokens de una blockchain).

Por todas las razones anteriormente expuestas, es por lo que existen razones fundadas para pensar que el metaverso, aun con todos sus retos pendientes por resolver, es una excelente oportunidad de mercado tanto para inversores particulares como para marcas y empresas.

Es cierto que como toda nueva tecnología está sujeta a riesgos, como el posible hecho de que el mercado apueste por otras alternativas, pero también es cierto que el potencial transformador de esta tecnología es algo que en este momento es difícil de poder abarcar, y por si esto suena demasiado prometedor, me gustaría cerrar el artículo con un recordatorio:

Los Smartphones actuales sólo existen desde 2007.

(1*): Informe SIFMA 2022: https://www.sifma.org/resources/research/fact-book/

(2*): Coingecko: https://www.coingecko.com/

(3*): Explicación del Infraverso: https://blog.ferrovial.com/es/2022/05/futuro-seremos-maestros-del-infraverso/https://www.businessinsider.es/infraverse-consiste-apuesta-metaverso-ferrovial-1131267

(4*): Estadísticas Second Life: https://webtribunal.net/blog/second-life-facts/#gref

Imágenes obtenidas de istockphoto: https://www.istockphoto.com/es

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