En los últimos años hemos vivido un auge significativo del papel que juega la publicidad programática dentro del mundo del marketing digital. Como ya comentábamos en un post sobre la convivencia de la RTB y el DMP, ambos agentes van muy bien de la mano en una estrategia data-driven, ya que permiten perfilar mejor las audiencias y llegar así a usuarios más cualificados.
Sin embargo, a la vez, también surgen dudas sobre si es necesaria la convivencia de ambas partes o son piezas intercambiables dentro del puzzle que es nuestra estrategia digital. En este post intentaremos dar más luz sobre qué aporta un DMP y qué aportan las Floodlight Audiences de un stack como el de Google, para entender, así, sus diferencias y semejanzas y poder tomar mejores decisiones en nuestra planificación.
Aspectos en común
Ambas herramientas nos van a permitir agrupar, perfilar y analizar a potenciales o actuales clientes en audiencias y segmentos en tiempo real, consiguiendo, así, tener un mejor conocimiento sobre los mismos. ¿Qué conseguimos con ello? Mejorar la segmentación de nuestras campañas consiguiendo una mejor optimización de nuestro presupuesto dedicado. Además, podremos seguir un análisis detallado del rendimiento de dichas campañas, incluso en multi dispositivos, y realizar, así, reinversiones del dinero ahorrado en una campaña con menor ROI hacia otra que nos proporcione un mayor retorno.
Otro aspecto que presentan en común es la personalización que mostraremos a los usuarios. Vamos a conseguir llevar un mensaje alineado al potencial cliente desde su primera interacción con la marca hasta la compra o contratación final.
Diferencias
Mientras las audiencias de Google nos permiten realizar estas acciones dentro del ecosistema Google, el DMP nos abre la puerta a más posibilidades, por ejemplo, al permitirnos tener, como fuentes de datos, otros elementos online (campañas de email) como offline (CRM) podremos integrar los datos de cliente. Con esta integración online y offline, contaremos con audiencias de 1ª parte muy cualificadas, que nos ayudarán en estrategias tan rentables como el Cross-selling o venta cruzada. Además, a la hora de activar dichas audiencias, cualquier DMP nos va a permitir hacerlo mediante una integración sencilla en 3rd party players tan jugosos como Facebook.
Otro aspecto interesante y diferenciador que nos permite la mayoría de herramientas DMP es tener acceso a un marketplace de 2nd party data, pudiendo comprar los datos de primera parte de marcas de confianza, tanto de nuestro sector, como de otros afines, así como poder segmentarlas por geolocalización. Esto nos permitirá ampliar el alcance de nuestras audiencias, y hacerlas más cualificadas.
La pregunta del millón, ¿juntos o separados?
Como casi todo en esta vida, la respuesta sería “depende”. Si en nuestra estrategia digital no contamos con datos de cliente unificados, o no nos interesan las campañas de activación en Facebook, el stack de Google nos va a permitir optimizar nuestra compra programática y recoger datos para perfilar nuestras audiencias y tener así un amplio conocimiento de nuestros usuarios. Si por el contrario, contamos con datos offline u offsite que nos interesa que sean integrados dentro del ecosistema digital, un DMP nos va a permitir unir esos dos mundos, offline y online, para tener la visión omnicanal del customer journey de nuestros usuarios, e impactarles con el mensaje adecuado en el momento justo.
En definitiva, ambas herramientas abren un mundo de posibilidades dentro de las estrategias data-driven, y nos llevan, poco a poco, hacia esa visión de un marketing basado en las personas (People-Based Marketing), que tanto nos interesa como profesionales del sector y como consumidores.